Fumar durante la lactancia: los riesgos para el bebé

Dar el pecho al bebé es una experiencia única que brinda bienestar y salud, tanto a la madre como al recién nacido. Por otro lado, la leche materna es el alimento más preciado que se le puede brindar al recién nacido durante los primeros meses de vida. Por ello, la mujer lactante debe cuidar la dieta y cuidarse en general. Fumar será del todo contraproducente pero para saber a qué nivel, os hablamos ahora de los riesgos que tiene para el bebé fumar durante la lactancia.

Fumar durante la lactancia: los riesgos para el bebé

Como puedes imaginar, fumar durante la lactancia es un hábito muy malo que debe evitarse en todos los sentidos. De hecho, los efectos del tabaquismo pasivo y el llamado «humo de tercera mano» siguen siendo evidentes y riesgosos para toda la familia.

La nicotina, el alquitrán y todas las sustancias tóxicas presentes en los cigarrillos se depositan en las telas, la ropa y contaminan el ambiente del hogar, incluso si fuma al aire libre.

La Organización Mundial de la Salud recomienda encarecidamente la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses y recomienda continuar con la lactancia materna durante el primer año y más allá. Por ello, según los expertos, las mujeres fumadoras lactantes y sus hijos representan una importante población de pacientes en riesgo.

La OMS ha estimado que los hijos de madres que fuman tienen un 70% más de riesgo de infecciones del tracto respiratorio inferior en comparación con los hijos de no fumadores, y la probabilidad de muerte súbita del lactante (SMSL) también aumenta.

Los niños expuestos al humo de la madre que fuma, en particular, corren el riesgo de:

• cambios en los ritmos de sueño y vigilia ;
• reducción de la ingesta de yodo;
• daño histopatológico al hígado y los pulmones ;
• daño oxidativo intracelular;
• reducción de las células ß pancreáticas;
• tolerancia reducida a la glucosa .

Los efectos del tabaquismo en la leche materna

Fumar en la lactancia no solo afecta al bebé. Los efectos del tabaquismo sobre la composición de la leche materna son múltiples. El humo del tabaco contiene alrededor de 5.300 compuestos, el más importante de los cuales es la nicotina . Pero también hay alrededor de 70 sustancias que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha clasificado como carcinógenos de tipo 1, es decir, carcinógenos para los seres humanos.

A pesar de los efectos nocivos potencialmente graves, muchas mujeres continúan fumando tanto durante el embarazo como durante la lactancia . Este mal hábito puede provocar un crecimiento reducido del feto en el útero y posibles consecuencias en la funcionalidad del sistema respiratorio del bebé después del nacimiento. En las mujeres que fuman, los efectos del humo del tabaco se pueden sentir, así como por inhalación, también a través de sustancias que, pasadas a la leche materna, pueden ser absorbidas por el intestino del bebé. La nicotina , en particular, pasa a la leche materna y permanece allí durante más tiempo que en la sangre. Una vez absorbida, se metaboliza en el hígado y se convierte en «cotinina». Tanto la nicotina como la cotinina permanecen en la sangre del bebé con efectos en su sistema circulatorio y aumento de la frecuencia cardíaca.

Los estudios han demostrado que la nicotina en la leche materna puede reducir el apetito y / o el deseo de prenderse , ya que el tabaco altera el sabor de la leche. También se han demostrado alteraciones en la composición de la leche, con una ingesta reducida de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, especialmente ácidos grasos Omega-3 y ácido docosahexaenoico, importante para el desarrollo visual y cerebral del bebé.

La leche de las mujeres fumadoras también es baja en yodo, que es esencial para la formación de las hormonas tiroideas del bebé. Por último, la leche de los fumadores sería más pobre en vitaminas (especialmente vitamina C) y factores antioxidantes y, por lo tanto, probablemente sea menos protectora contra los agentes infecciosos.